Cuando la salud de un individuo se deteriora, de forma más o menos grave, hablamos de enfermedad.
Según la OMS, la enfermedad es "el estado en que el funcionamiento físico, emocional, intelectual, social, de desarrollo o espiritual de una persona está disminuido o alterado en comparación con la experiencia previa".
Las enfermedades se clasifican en función de distintos criterios. Si consideramos su frecuencia de aparición y la extensión de la zona afectada, una enfermedad puede ser:
- Esporádica, cuando se da solo ocasionalmente (otitis).
- Endémica, en el caso de que aparezca en una región determinada y que persista durante un tiempo, afectando a un número importante de personas (malaria).
- Epidémica, cuando hay una alta incidencia en un área geográfica extensa (gripe).
- Pandémica, cuando la enfermedad afecta a ciudadanos de varios continentes (sida)
En el siglo XX destacó la gripe española (1918), una pandemia que recorrió el mundo en cuatro meses, dejando un balance de varios millones de muertos. La gripe A, causada por un nuevo virus de origen porcino, fue declarada pandemia en 2009.
GESTIÓN DE LA ENFERMEDAD.
LA VISITA AL MÉDICO
Ante un problema de salud, un ciudadano debe acudir a un centro de atención primaria, el primer eslabón entre la ciudadanía y el sistema sanitario. Será el médico de atención primaria, o médico de familia, el que indique el modo de proceder, ya sea con un diagnóstico y un tratamiento, o derivando al paciente al especialista, segundo eslabón del sistema sanitario.
- Los signos, que son los datos objetivos que se obtienen del examen que se le hace al paciente: pulso, presión arterial, temperatura corporal, ganglios, etc.
- Los síntomas, que son las alteraciones tal como las siente y las relata el paciente. Por lo tanto, son subjetivos y deben ser valorados inteligentemente para un correcto diagnóstico.
- Las pruebas complementarias, que aportan información adicional mediante la aplicación de distintas técnicas como electrocardiogramas, radiografías, resonancias magnéticas, ecografías, análisis de sangre y orina, punciones, etc. Deben pedirse solo cuando respondan a preguntas específicas sobre un posible diagnóstico, y no de manera rutinaria.
Hay diagnósticos y tratamientos que conviene valorar antes de su aplicación. Se trata de medicamentos y exploraciones que plantean riesgos para el enfermo o que tienen un coste desproporcionado para el sistema sanitario. Es el médico quien debe establecer límites mediante el sentido común y la adecuada explicación al enfermo. A veces, las actuaciones médicas van más dirigidas a evitar problemas legales para los profesionales sanitarios que a mejorar la salud del paciente (Medicina defensiva).
ENFERMEDADES INFECCIOSAS
Y NO INFECCIOSAS
Atendiendo a su origen, las enfermedades pueden ser infecciosas y no infecciosas.
- Las enfermedades infecciosas son patologías causadas por agentes biológicos patógenos. Son transmisibles.
- Las enfermedades no infecciosas tiene su origen en el funcionamiento anómalo de algún órgano o tejido, o en trastornos no causados por agentes infecciosos.
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